PSICOMOTRICIDAD: DESARROLLO COGNITIVO
Y MOVIMIENTO EN LA INFANCIA
CLAUDIA PATRICIA MORANTES ID
782256
LUDY SUSANA CALDERÓN ID 782268
INGRID ESTHER GONZÁLEZ ID
782255
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN
INFANTIL
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA
MINUTO DE DIOS
CENTRO REGIONAL CÚCUTA
NRC 25322: DESARROLLO
PSICOMOTOR Y JUEGO LEID
NANCY MERCHAN RANGEL
16 ABRIL, 2021
PSICOMOTRICIDAD:
DESARROLLO COGNITIVO Y MOVIMIENTO EN LA INFANCIA
La psicomotricidad
resalta la importancia de que el niño pueda moverse libremente. En la
actualidad, estudios indican que la actividad física es altamente beneficiosa
para el desarrollo cognitivo infantil. El movimiento, el descubrimiento del
cuerpo y su interacción con el mundo impulsan al niño a desarrollar
sus habilidades cognitivas.
¿QUÉ
ES LA PSICOMOTRICIDAD?
Mas, Jiménez y Rierar
(2019) definen a la psicomotricidad como la actividad psicológica
relacionada a los niveles cognitivos y afectivos respecto al movimiento. Es decir, la actividad psicomotriz permite el
desarrollo del niño a nivel psicológico, físico y social a través del mismo.
Por lo tanto, el niño utilizará a su cuerpo como elemento de contacto con el
entorno, logrando así su maduración psicológica.
Estudios resaltan la
importancia de que, durante los primeros años de vida, el desarrollo
psicomotor promueva las bases del desarrollo mental subsiguiente. Este es un
proceso individual, el cual dependerá de la propia experiencia, necesidades e
intereses del niño. Adicionalmente, la psicomotricidad permite potenciar el
aprendizaje futuro en los diferentes ámbitos en los que se desarrolla.
El desarrollo motor de
los niños dependerá sobre todo de la maduración global del cuerpo, el
desarrollo esquelético y neuromuscular. Los logros que van adquiriendo permiten
un mayor control del cuerpo y el entorno lo que influye a su vez en las
relaciones sociales, expresiones afectivas y juego (Marganto y Cruz, 2004). Por
lo tanto, es imprescindible la implementación del juego y el movimiento
espontáneo en las actividades que realiza.
La psicomotricidad está
dividida en dos grandes categorías: psicomotricidad gruesa y psicomotricidad
fina (Ardanaz, 2009). las capacidades motrices como “facultades que
permiten el movimiento”. Distinguimos a las habilidades perceptivo motrices
(conocimiento del propio cuerpo, espacio y tiempo), por un lado, y a la
coordinación y el equilibrio (capacidades coordinativas) por otro, aunque
íntimamente ligadas por la acción del sistema nervioso.
Esquema
corporal
Amplía su relación con el mundo cuando camina,
colaborando en ello sus sensaciones y las que le ofrecen vista y tacto. Su
esquema corporal lo percibe por partes.
•
De 3 a 7 años. Adquiere conciencia de sí mismo progresivamente diferenciándose
de los demás. Aumenta la discriminación de sus percepciones. Va captando el yo
como conjunto. Su lateralidad – izquierda o derecha– termina de afirmarse.
• De 7 a 11 años. Integra el esquema
corporal. Es capaz de representar mentalmente su cuerpo en movimiento.
Evidencia con más precisión la diferencia entre el yo y los objetos.
Lateralidad.
Es el predominio de un hemisferio
cerebral sobre el otro y es un componente muy significativo del Esquema
Corporal. Su proceso evolutivo se divide en cuatro fases, (Sassano, 2015):
·
Fase:
Localización (3 años).
·
Fase:
Fijación (4-5 años).
·
Fase:
Desarrollo (6-8 años)
·
Fase: Maduración y Ambidextrismo (a partir de
8-10 años)
Estructuración Espacial.
Es
la capacidad de distinguir y ubicar personas y objetos en un espacio
tridimensional (Pastor, 1994). Su evolución va paralela a la maduración
corporal y en ella destacamos a las siguientes fases (Conde y Viciana, 2001):
• 0-1 año. Su espacio se reduce al más
próximo, donde desarrolla sus movimientos.
• 2-6 años. Desde las percepciones más
primarias en dos dimensiones (topológicas), niñas y niños empiezan a apreciar
distancias y a seguir acciones de dentro-fuera, encima-abajo, ordenación,
continuidad, etc.
• 7-9 años. Aparece el espacio proyectivo
que incorpora las nociones de perspectiva y proyección de objetos entre sí.
Existe conciencia de las formas geométricas, de las agrupaciones y
dispersiones. Ya calcula distancias y las simboliza.
• 10-12 años. Domina el espacio de tres
dimensiones (relaciones euclidianas o métricas) al tomar conciencia de
trayectorias y velocidades, aceleraciones y desaceleraciones. Descubre las
operaciones geométricas de medición.
Ritmo.
El ritmo viene dado por
la organización temporal de las secuencias del movimiento. La ordenada sucesión
de tiempos le confiere una de sus propiedades más sobresalientes: la
distribución con un ritmo determinado. Ritmo es orden y proporción en el espacio
y tiempo (Conde y Viciana, 2001). Va evolucionando progresivamente con la edad,
aunque también influye el tipo de aprendizaje que se realice. Desde pequeños
(18 meses), utilizan su cuerpo para responder rítmicamente a la música. A los
dos años responden al ritmo con pateos y balanceos. Hacia los cinco años
coordina su propio ritmo con el musical. Un año más tarde, el ritmo corporal va
más sincronizado con el de la música.
El
Papel Del Juego En El Jardín De Infantes
Zapata (1990) acota que el juego es “un
elemento primordial en la educación escolar”. Los niños aprenden más mientras
juegan, por lo que esta actividad debe convertirse en el eje central del
programa. La educación por medio del movimiento hace uso del juego ya que
proporciona al niño grandes beneficios, entre los que se puede citar la
contribución al desarrollo del potencial cognitivo, la percepción, la
activación de la memoria y el arte del lenguaje. Flinchun (1988) menciona una
investigación en la que se reportó que entre el nacimiento hasta los 8 años
aproximadamente, el 80% del aprendizaje individual ya ha ocurrido, y dado que
en este tiempo el niño lo que ha hecho ha sido jugar entonces se debe
reflexionar sobre el aporte que tiene el juego en el desarrollo cognoscitivo.
Psicomotricidad
Gruesa
La psicomotricidad gruesa
se define como el control o dominio sobre el cuerpo y sus movimientos
globales. Por ejemplo: desplazamientos, equilibrio, movimiento de las
extremidades y coordinación. Este control del cuerpo puede ser de dos tipos
(Ardanaz, 2009).
Dominio corporal
estático: el niño desarrollará la capacidad de integrar e interiorizar su
propio esquema corporal. Es decir, su tonicidad, autocontrol, respiración y
relajación.
Dominio corporal dinámico: capacidad
de controlar distintas partes del cuerpo mediante la capacidad de
sincronización y desplazamiento. Este tipo de dominio es beneficioso para el
autocontrol y autoestima ya que el niño puede percibir su propio cuerpo y se
siente capaz de moverlo sin inhibiciones. Por tanto, se pueden trabajar lo
siguientes elementos: coordinación general, equilibrio, ritmo y coordinación
visomotriz.
Psicomotricidad
fina
Se refiere al movimiento
realizado por varias partes del cuerpo. En este caso, las actividades que se
llevan a cabo requieren de una mayor precisión y coordinación por
parte del niño. Asimismo, se espera que el niño tenga un nivel de maduración y
aprendizaje previo que permitan que pueda realizar ciertas actividades. Dichas
actividades estarían enfocadas en (Ardanaz, 2009):
Coordinación viso
manual: dominio de la mano y sus movimientos con respecto a lo que
observa. En este caso, el control viene por parte del brazo, antebrazo, muñeca
y mano. Su dominio permite otras actividades más complejas como la escritura.
Fonética: asociada a aquellos órganos
relacionados al aparato fonoarticulatorio que permite que se desarrolle el
lenguaje.
Motricidad gestual: las distintas
partes que conforman la mano.
Motricidad facial: se trata del
control de los músculos faciales que son los que facilitan el movimiento y
posibilitan la expresión y comunicación.
Beneficios
en el desarrollo cognitivo
Autores como Meyer y
Kieras (1997) investigaron los efectos de la actividad física en las
habilidades cognitivas. Como resultado, encontraron que existen importantes
beneficios para las funciones cognitivas superiores. Entre sus resultados,
hallaron que factores como la atención, lenguaje, memoria, velocidad de procesamiento, percepción y pensamiento
se desarrollan con más facilidad.
Otro estudio llevado a
cabo por Moratal et al. (2008), indicó que los niños que se ejercitan
tienen mejor capacidad de regulación de sus habilidades cognitivas generales,
mayor capacidad de reacción y mejor nivel de atención para discriminar estímulos relevantes de los que
no lo son. Por tanto, un buen desarrollo psicomotor puede ser un buen
predictor sobre las habilidades para aprendizaje posteriores.
Por otro lado, el estudio realizado por
Mas, Jiménez y Rierar (2019) evidenció que el pensamiento, creatividad y conocimiento son procesos que también
pueden considerarse como físicos. Esto se debe a la interacción simbólica,
física y cognitiva con el entorno.
CONCLUSIÓN
El desarrollo psicomotor
potencia las habilidades psicológicas, emocionales, sociales y cognitivas en
los niños. La presencia de actividad física es necesaria no solo para el
desarrollo, sino también para el conocimiento de su propio cuerpo como medio de
expresión y conexión con el entorno. Finalmente, la actividad psicomotriz
puede ser predictor del aprendizaje futuro del niño, por lo tanto, promover
espacios lúdicos y de interacción física beneficiará a su desarrollo en
general.
REFERENCIAS
Cabrera Valdés, B. D. L.
C., & Dupeyrón García, M. D. L. N. (2019). El desarrollo de la motricidad
fina en los niños y niñas del grado preescolar. Mendive. Revista de educación,
17(2), 222-239.
Gonzalez, B. (2020, 5 junio).
Psicomotricidad: desarrollo cognitivo y movimiento en la infancia. NeuroClass. https://neuro-class.com/psicomotricidad-desarrollo-cognitivo-y-movimiento-en-la-infancia/#:%7E:text=Psicomotricidad%3A%20desarrollo%20cognitivo%20y%20movimiento%20en%20la%20infancia,-
Salazar Quinatoa, M. M., & Calero Morales,
S. (2018). Influencia de la actividad física en la motricidad fina y gruesa del
adulto mayor femenino. Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas, 37(3), 1-13.
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